Sigamos viendo la vida con la misma inocencia y curiosidad de un niño.

Los momentos más especiales de la vida son esos que se disfrutan como si aún fuéramos esos niños y niñas que alguna vez soñamos con hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

Les comparto una pequeña parte de lo mucho que nos divertimos el día de hoy en nuestra Posada Navideña.

Noches como estas me llegan al corazón por compartir tan bellos momentos con la gente que tan bien me ha recibido.